miércoles, 14 de mayo de 2014

Dietas para adelgazar: mentira contra verdad

"Si como un alimento o un menú fuera de la dieta, mejor abandono". Mentira. Un error no descarrilla el plan de adelgazamiento, lo ralentiza, pero no frena tanto la pérdida de peso como el hábito y el aprendizaje que lleva pareja la dieta.

"O lo hago todo o no hago nada". Mentira. Al final de semana, cuando se suba al peso, el cómputo de la pérdida será el resultado de los nuevos hábitos alimentarios y de ejercicio.

"Elijo grasa porque llena más". Mentira. Si bien la grasa tarda más tiempo en ser digerida, no quita más el hambre. Las verduras y las frutas llenan más, así como los cereales integrales.

"Fuera el pan, es lo que más engorda". Mentira. En la medida justa que indique la dieta de adelgazamiento, el pan engorda y nutre como otro alimento con el mismo número de calorías.

"No a los hidratos, son malos". Mentira. En esta segunda década del siglo les ha tocado a los carbohidratos cargar con el peso de la prohibición, hasta el punto de que se prescinde de una guarnición de arroz y se elige una porción de queso para limitar calorías.

"Light o bajos en grasas son aliados". Mentira. Se trata de limitar la cantidad y aumentar de heterogeneidad de todos los alimentos, no de aumentar los bajos en grasa que gustan.

"A mayor restricción más peso se pierde". Mentira. Los estudios demuestran que las dietas restrictivas son mucho más susceptibles de ser abandonadas. Las dietas de adelgazamiento tienen que ayudar a vivir, y conquistar y convencer a quien la realiza, y eso solo se logra si es satisfactoria.

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