sábado, 15 de junio de 2013

Alimentación yang y yin

Existen dos grupos de alimentos, según lo que nos producen:

Energía extrema yang

Con efectos de acumular, acaparar, cerrar, condensar, engordar, generar calor interior y tensión en extremo.
También de formar a nivel energético una armadura-coraza-protección entre nosotros y nuestro cuerpo exterior
Todas las grasas saturadas de carnes, embutidos, jamón, aves, huevos, quesos secos y curados, horneados de harina, excesos de galletas y pan, sal cruda o exceso de alimentos salados, nos generan una coraza de aislamiento.

Puede que algunos lo consideren protección, pero ¿de qué nos tenemos que proteger? ¿Para qué necesitamos un caparazón? 
Puede que para protegernos de los demás, de situaciones exteriores que nos afectan demasiado. Es entonces cuando decidimos comer en exceso este tipo de alimentos que pueden provocar un exceso de peso, una protección física de peso para no sentir el dolor que pueden producirnos estas situaciones o personas conflictivas. O incluso puede que lo hagamos para no atraer la atención, para que la gente no se fije enmascarándonos con peso.

Un exceso de estos alimentos extremos yang también creará acumulación, no sólo de peso, sino de emociones, de apegos al pasado. Esto hará  que las energías que fluyen por nuestro canal espiritual no circulen con facilidad y no sintamos estancados en el pasado. 

Así pues, es importante observarnos cada vez que queramos ìcar algo entre comidas (embutido, queso, pan, bollería,...) y sin hambre.
Antes de hacerlo nos podríamos preguntar por qué y para qué lo hacemos.

Energía extrema yin

Con efectos de expandir, dispersar, evadir con reacción y movimiento muy rápido.

Los extremos yin, como las drogas, el alcohol, los estimulantes, los azúcares refinados o el chocolate, son sustancias que a menudo se utilizan para crear estados ilusorios y una realidad ficticia. De nuevo deseamos utilizarlos para evadirnos de la realidad que no nos gusta. Queremos escondernos durante unos instantes, unos minutos. Pensamos que utilizando estos extremos nos desharemos del dolor de algo que no aceptamos en nuestro presente. Cuando tomamos sustancias extremas yin huimos de nuestro presente para quedarnos en un futuro ilusorio. Nos apegamos a un futuro que existe tan sólo en nuestra mente por unos minutos.

Así pues, los alimentos también son usados a nivel colectivo para crear corazas de protección o para evadirse de lo que no nos gusta. Es una reacción muy adolescente: huir de algo que está en nuestra vida para ayudarnos a madurar y aprender. El hecho de escapar haciéndonos las víctimas o enfrentarnos a ello con agresividad y espíritu de lucha ciega no nos ayudará a pasar esa asignatura.


Via: "La alimentación y emociones" de Montse Bradford

miércoles, 12 de junio de 2013

La importancia de cenar adecuadamente

La cena: 

Ese momento del día en el que ya hemos realizado la mayoría de las tareas que debiamos de hacer. 
Momento en el que estamos totalmente relajados.
Ese momento "para mí".
Ese momento en el que nos olvidamos de grasas, dietas, kilos,...

Hay veces en el que nos saltamos el desayuno, la comida,... con el objetivo de perder algún kilo. 
Pero, 
¿Somos conscientes de lo que esto supone?

Esto supone no darle la energía necesaria a nuestro cuerpo, a nuestra mente. 
Saltándonos una comida sólo conseguiremos aumentar la ansia de comer en la siguiente
Por ello, debemos darle la correspondiente importancia al hecho de realizar todas las comidas recomendadas.

Aunque en nuestra vida diaria cada comida debe de tener su cantidad, espacio y tiempo necesarios, en este caso vamos a analizar "la cena".

¿Qué pasa con la cena?

A veces no solemos cenar adecuadamente por distintas razones: 
Por que llegamos a casa muy cansados y nos da pereza cocinar, por que nos tomamos un Cola Cao y pensamos que con esto es suficiente,... 
Tenemos miles de ideas erróneas.

La cena es necesaria por distintas razones:

-Para darle a nuestro cuerpo la energía y fuerza necesarias para seguir funcinando (aunque estemos dormidos, nuestro cuerpo sigue funcionando. No somos sólo lo que vemos por fuera).
-Para recuperar  lo perdido desde la anterior comida realizada (en este caso no me refiero a las calorías).
-Para disminuir la ansiedad que produce saltarse alguna comida.
-...
Es decir, es necesario realizar esta comida, y hacerlo adecuadamente.

Otras veces, nos pasa justo todo lo contrario. Nos relajamos tanto, después de todo lo que hemos tenido que hacer durante todo el día, que decidimos "darnos un homenaje". Por lo tanto, empezamos a picar antes de la cena (pan, embutidos,...), cenamos en exceso, y si esto fuera poco, aprovechamos el rato de antes de ir a dormir para comer algo (normalmente algo dulce).
Esto es muy perjudicial para la salud, teniendo en cuenta que el gasto enérgetico que tenemos después de cenar, no es igual que lo que tenemos después del resto de comidas realizadas durante el día. Como consecuencia, damos paso a una digestión pesada, lenta, e incómoda, dando lugar incluso a sueño interrumpido (es decir, que no dormimos todo lo bien que lo deberíamos de hacer). Además de esto, almacenamos los excesos en nuestro cuerpo a modo de grasa.

Como consecuencia, ¿cuál sería una cena adecuada y saludable?

Una en la que haya dos platos, y un postre. 
-Un primer plato ligero como por ejemplo un gazpacho, una ensalada, o una crema de verduras.
-Un segundo plato ligero y con poca grasa (para ello es muy importante utilizar unos métodos de cocinar que requieran poco aceite).
-Una fruta o un yogur de postre.

Y tú, ¿Qué sueles cenar?