viernes, 19 de diciembre de 2014

Anticipar las compras de alimentos para Navidad

Seguir unas correctas pautas durante la compra y almacenamiento de los alimentos para Navidad garantiza su calidad y evita posteriores problemas.

La gran demanda de ciertos alimentos durante las navidades es una buena razón para adquirirlos con antelación. Elegir buenas materias primas y conservarlas de forma adecuada hasta su consumo, además de una correcta manipulación, son las claves para evitar problemas de origen alimentario. Ahora es el momento de planificar las comidas navideñas y adquirir alimentos para congelar. Seguir unas correctas pautas durante todo este proceso garantiza la calidad de los alimentos y evita posteriores problemas de origen alimentario. El artículo enumera algunas recomendaciones para los principales grupos de alimentos y normas para anticipar las compras.  

Entre las principales claves para comprar con antelación y conservar los diferentes tipos de alimentos, destacan las siguientes: 

Pescados y mariscos:
  • Un pescado fresco tiene escamas muy adheridas, agallas rojas con las laminillas separadas, ojos brillantes y no hundidos. Su olor es fresco, a mar.
  • No se debe adquirir ni consumir marisco procedente de un punto de venta fraudulento, hay que elegir solo establecimientos autorizados de absoluta confianza. El marisco es uno de los alimentos más perecederos, por lo que el grado de frescura en la compra es fundamental.
  • Conviene transportar pescados y mariscos en bolsa isoterma con acumulador de frío para no romper la cadena de frío y, ya en casa, procesar y congelar lo antes posible.
  • Es preferible comprar ya congelados los crustáceos, como langosta o langostinos, que hacerlo en casa. Si es así, es seguro congelarlos una vez cocidos. Los moluscos bivalvos, como almejas u ostras, deben adquirirse en el momento del consumo. Con el pulpo y los calamares no hay problema y pueden congelarse.
Carnes y derivados:
  • Una carne en buen estado tiene una superficie tersa, consistencia firme y elástica, está un poco húmeda y no aparecen en ella oscurecimientos o zonas pardeadas.
  • La carne de cordero lechal tiene un color blanco nacarado o rosa pálido y su grasa, un aspecto blanco como de cera. Puede congelarse sin problemas.
  • Se ha de tener cuidado con la carne de ave, las vísceras y la carne picada: ha de picarse al momento o envasarse de forma correcta por parte de una empresa autorizada.
  • El jamón, sobre todo el ibérico, puede tener unos puntitos blancos al corte. Esto no es un signo de mala calidad, sino que es el resultado de una buena maduración. Hay que mantener la pieza a temperatura ambiente, en un lugar fresco y seco, y cubrir el corte con su propia grasa exterior.
  • La caza es un alimento de riesgo. Solo se deben consumir las piezas con garantías sanitarias, extremar las medidas de higiene y evitar la contaminación cruzada con otros alimentos. Un cocinado a fondo será un buen tratamiento higienizante.
Conservas, semiconservas y envasados:
  • Algunos productos, como patés, anchoas o jamones cocidos, son en realidad semiconservas que han de refrigerarse, ya que solo han pasado por un tratamiento higienizante (pasteurización/cocción), pero no conservante.
  • También pueden considerarse semiconservas los productos envasados al vacío: algunos han de mantenerse refrigerados, como ahumados o embutidos en lonchas.
  • Hay que comprobar la fecha de consumo preferente o caducidad, así como la integridad del envase, y evitar abolladuras, envases abombados u óxido en las latas.
Verduras y hortalizas:
  • Pueden adquirirse envasadas o a granel y han de presentarse sin tierra o restos no comestibles de la planta.
  • Se han de evitar las piezas deterioradas, golpeadas o muy maduras.
  • Retirar las partes no comestibles, trocear, escaldar en agua hirviendo, dejar enfriar y congelar.
  • Las verduras y hortalizas troceadas y escaldadas pueden cocinarse sin problemas directamente congeladas en agua hirviendo.
Postres:
  • Tartas con crema pastelera o nata son alimentos de elevado riesgo sanitario. En caso de elaborarse en casa, deben extremarse las precauciones de higiene y prepararse en el momento de consumo. De lo contrario, conviene optar por tartas industriales o congeladas.
  • Se recomienda precaución también con los helados o biscuits, si son caseros. Las preparaciones de postres fríos, como natillas o flanes, que utilizan huevo como ingrediente, es preferible prepararlas en el momento de consumo.
  • En los frutos secos envasados, hay que prestar especial atención a la formación de agujeros en los envases. Hay que desecharlos ante cualquier indicio de humedad por el posible riesgo de desarrollo de mohos productores de toxinas.
Alimentos congelados industriales:
  • Se aconseja evitar los productos con signos de rotura de la cadena de frío (descongelación parcial previa): envases blandos, escarcha sobre el producto, desgarros o líquido congelado sobre el paquete.
  • Es adecuado adquirirlos en el último momento de la compra, utilizar siempre bolsas isotermas con acumulador de frío para su transporte y realizarlo en el menor tiempo posible. Una vez en casa, se deben introducir inmediatamente en el congelador.
  • Siempre que se descongelen o cocinen, según el caso, hay que seguir las indicaciones del fabricante.
Cocinar con antelación y conservar:
  • Si se elabora el plato con antelación, conviene cocinar de forma completa y enfriar antes de congelar (no más de una hora), un proceso que se llevará a cabo en recipientes tapados.
  • Una vez descongelado el producto en la nevera, hay que recalentar a fondo, asegurar al menos una temperatura de 70ºC en toda la preparación y consumir lo antes posible. Es preferible que las sopas y caldos se lleven a ebullición.
  • Si no se consume en su totalidad la comida, no se deben reutilizar las sobras.  
 
Via: http://www.consumer.es/seguridad-alimentaria/sociedad-y-consumo/2011/12/08/205343.php