Sabemos que en las últimas décadas, la mayoría de nosotros, “vivimos corriendo” y eso nos hace olvidar que el proceso de la digestión de los alimentos empieza en
la boca, y debemos prestarle la atención a la velocidad con la que
comemos y concientizar los beneficios de masticar bien los alimentos.
La Digestión Bucal es
un proceso químico y mecánico muy completo, que permite triturar los
alimentos en fragmentos más pequeños, ensalivarlos para pre-digerirlos y
disfrutar su sabor y olor.
Se debe masticar al menos 20
veces, utilizando ambos lados de la dentadura, antes de tragar, y poner
los cubiertos en la mesa entre bocado y bocado.
Los niños lo hacen naturalmente, y mastican cada bocado durante varios minutos para la desesperación de los padres, que no comprenden que los que están equivocados son ellos, que comen rápido y no disfrutan de una comida tranquila.
Evita poner la TV o la radio mientras comes.
Cualquier cosa que te distraiga hará que no prestes atención a la
cantidad de veces que masticas. Puede que al principio te resulte muy
incómodo, pero con el tiempo se convertirá en una rutina, igual que lo
es ahora comer rápido y sin masticar.
También es importante ensalivar bien los alimentos,
para hacer más ligera la digestión, pues la saliva es un componente que
ayuda a descomponer los alimentos en nutrientes. La propia acción de
masticar segrega saliva.
Con la saliva segregamos ptialina,
que es la enzima encargada de descomponer los hidratos de carbono. Si
no masticamos bien, no damos tiempo a que se segregue la saliva y, por
lo tanto, esas moléculas no podrán descomponerse con eficacia y tendrán
que ser otros órganos y otras enzimas las que lo hagan, forzando así la
maquinaria inútilmente.
En cambio, al comer más lento, la digestión será más rápida,
y los nutrientes se asimilarán con más eficacia, acelerando el
metabolismo, a la vez que órganos como el estómago, páncreas e hígado no
tendrán el excesivo trabajo que requieren unos alimentos poco
triturados. La descomposición de los alimentos será más rápida, evitando
de esa manera, las digestiones pesadas que tan mal nos hacen sentir.
Comer despacio, masticando bien los alimentos antes de tragarlos, evitará además, el tragar una excesiva cantidad de aire, mientras se come y los gases que son tan molestos.
Masticar bien los alimentos no sólo agiliza la digestión sino que también hace que consumamos menos alimentos,
pues nuestro cerebro detecta que estamos saciados aproximadamente a los
veinte minutos, después de haber ingerido el primer bocado. Los que comen rápido pueden consumir mucha comida, lo que equivale a más calorías, sobrepeso y obesidad.
Disfruta de los alimentos,
presta atención a su sabor, su textura, a cómo se deshacen en la boca, a
cómo descienden con delicadeza, a cómo te nutren. Agradece cada bocado
que lleves a la boca. Tu organismo se beneficiará más si tú disfrutas
de ese alimento. No por arte de magia, sino porque cuando tienes
pensamientos positivos de placer, ayudas al organismo a segregar
sustancias beneficiosas.
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